Diapositiva 1. Introducción.
La clase desarrolla los problemas más habituales y sus posibles soluciones cuando se inicia el proceso de recarga de un vehículo eléctrico en un punto de recarga.
Diapositiva 2. Índice.
- Puntos de recarga en nuestras instalaciones.
- Problemas más habituales en el punto de recarga, y sus posibles soluciones.
- Las vulnerabilidades en los datos que se comparten en el consumo de la batería.
- Implicaciones en la gestión de la flota.
Diapositiva 3. Puntos de recarga en nuestras instalaciones.
El proceso de recarga es una de las actividades más importantes de la gestión de una flota de vehículos eléctricos, porque si no se puede recargar el vehículo, no se puede utilizar para prestar el servicio.
Se recomienda tener los puntos de recarga en nuestras instalaciones porque tenemos controlado todo el proceso de recarga del vehículo, y la ciberseguridad con las siguientes ventajas:
- Los vehículos están disponible para prestar el servicio.
- Recargar los vehículos a cualquier hora del día.
- Utilizar las tarifas más económicas, por ejemplo de noche.
- Controlar la ciberseguridad de los vehículos, y los puntos de recarga.
- Si hay algún problema, se puede resolver más rápidamente.
- Utilizar la recarga inteligente.
- El proceso de recarga es más sencillo que en los puntos de recarga públicos o de terceros.
- Menos problemas de recarga que los puntos de recarga públicos o de terceros.
Existen problemas cuando se recarga el vehículo eléctrico, pero con una planificación del mantenimiento, revisión de nuestros puntos de recarga propios, y formación de nuestros trabajadores y conductores se pueden evitar o minimizar.
Puede ocurrir que el vehículo es recargado en nuestras instalaciones antes de iniciar el servicio, pero no tenga la suficiente autonomía para toda la ruta y necesite recargar en un punto de recarga público o de un tercero.
Si utilizamos puntos de recarga públicos o de terceros, puede que cuando lleguemos al punto de recarga no funcione, o esté ocupado por otro vehículo, u otros problemas relacionados con la recarga o la ciberseguridad, por lo que el vehículo no se puede utilizar para prestar al servicio por un tiempo, además de que las tarifas de recarga son más elevadas.
Hay que tener en cuenta que hay problemas de recarga que solamente tienen los puntos de recarga públicos o de terceros como por ejemplo el pago.
Los principales problemas que podemos tener en los puntos de recarga se desarrollan a continuación, la mayoría tienen una solución in situ en el propio punto de recarga.
Diapositiva 4. Problemas más habituales en el punto de recarga, y sus posibles soluciones.
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- Un simple problema de comunicación.
¿Se ha autorizado el pago a través de la app, has conectado el cable de carga al coche eléctrico y todavía no sale electricidad?, en algunos casos puede ocurrir que la estación de carga y el vehículo simplemente no se estén comunicando de forma óptima.
Una opción es esperar un rato a ver si comienza el proceso de carga. Pero si esto no se produce, vuelve a dejar el cable de carga en la toma de la estación de carga. Espera unos segundos y comienza el proceso nuevamente. En muchos casos esto ayuda.
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- Demasiada tensión en el cable de carga.
En algunas ocasiones, el peso de los cables de carga y una posición poco favorable del vehículo puede hacer que el coche no llegue a cargar. En algunos casos, los contactos del enchufe no encajan perfectamente con los de la toma de carga del coche eléctrico. En caso de duda, mueve el enchufe ligeramente hacia arriba y sujétalo firmemente en el puerto de carga hasta que finalmente quede bloqueado.
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- Pantalla apagada.
Llegas al cargador y te encuentras la pantalla apagada. Lo primero es pensar que el cargador no funciona. Pero no. A veces es sólo la pantalla la que puede fallar, por ejemplo si hay demasiada luz solar. La función de carga a menudo se puede activar mediante una aplicación o un código QR, o simplemente acercando la tarjeta de carga al terminal.
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- Demasiada lentitud para poner a cargar el vehículo.
A veces los problemas en la carga tienen que ver con la excesiva lentitud del conductor para poner a cargar el vehículo. En la mayoría de las ocasiones, hay un tiempo máximo entre la autorización y la conexión del enchufe de carga del coche eléctrico.
Cuando excedemos ese tiempo de espera, se impide que se inicie el proceso de carga por razones de seguridad. Lo que tendremos que hacer es desconectar de nuevo el enchufe de carga y hacer todo de nuevo desde el principio, pero más rápido.
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- Reiniciar.
A veces cambiarte de cargador dentro del mismo punto de recarga no es tan sencillo porque están ocupados. Pero muchos operadores y compañías suelen contar con un servicio de atención en un teléfono indicado en una pegatina del propio cargador que podrá resolvernos el problema en muchas ocasiones a distancia. En ocasiones, bastará con que reinicien el software, algo que se puede hacer de forma remota.
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- El enchufe está atascado.
Antes de que le entre electricidad al coche eléctrico, se produce un bloqueo mecánico que garantiza una conexión estable entre el enchufe y la toma de corriente. El enchufe suele desbloquearse automáticamente después de la carga. ¿Pero qué pasa si no lo hace?, mantén la calma, porque si tiras bruscamente del enchufe, corres el riesgo de sufrir daños.
La conexión se puede desbloquear manualmente, a veces simplemente mediante un botón con un símbolo de enchufe al lado de la toma de corriente. Otras veces la función está oculta en el menú de carga del infoentretenimiento. A menudo basta con volver a bloquear y desbloquear el vehículo mediante el cierre centralizado. O a través de un botón en el maletero.
Hay que acudir al manual de instrucciones del vehículo para saber cómo llevar a cabo una liberación de emergencia.
Dedicando un par de minutos, se puede encontrar la información al respecto. Hay que abrir el maletero y buscar un recorte perforado en el revestimiento lateral del lado donde está el puerto de carga. Detrás de ese trozo de fieltro se encuentra un botón, o una anilla que debe accionarse para desbloquear el enchufe del cable que está insertado en la toma de carga, y no podemos extraer con normalidad.
Si este contratiempo persiste pese a realizar la operación anterior, lo mejor es ponerse en contacto con el proveedor del cargador donde pretendíamos recargar o directamente con la marca del vehículo. En el peor de los casos, habremos de esperar a que llegue la asistencia técnica y nos ayude de forma presencial.
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- El cargador no reconoce los cables.
En ocasiones puede ocurrir que al conectar el coche a través del cable, bien en la pantalla integrada o en la app nos aparezca que no es compatible. El problema suele ser más del cargador que del vehículo. Lo intentaremos de nuevo pero si vuelve a dar el mismo resultado, tendremos que cambiarnos a otro cargador. Si tampoco funciona, llamaremos al teléfono que aparece en el cargador para confirmar que están operativos. Si esto no funciona, sólo nos queda hablar con el fabricante del vehículo.
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- La estación de carga no funciona correctamente.
El comienzo de la recarga se efectúa con normalidad, pero pasado el tiempo necesario para recargar la batería al 80% el vehículo sólo ha cargado hasta por ejemplo el 40%.
Cuando ocurre lo anterior, máxime con automóviles eléctricos modernos, hemos de dar por sentado que se trata de un problema del cargador, cuya potencia de salida debe estar limitada por seguridad ante algún fallo electrónico que el proveedor deberá solucionar.
Este infortunio difícilmente se solventará en el corto plazo o a partir de una llamada telefónica, luego la mejor opción es cambiar de cargador, asumiendo que la pérdida de tiempo ocasionada ya no tiene remedio.
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- Estación de carga defectuosa.
Esto puede deberse a un fallo técnico, a un acto vandálico, a una falta de mantenimiento o a una avería temporal. Sea cual sea la causa, te encontrarás con que no puedes cargar tu coche eléctrico y tendrás que buscar otra opción. Encontrar un punto de recarga que no está operativo es demasiado común.
La solución a este problema es planificar bien tu ruta antes de salir y tener localizados varios puntos de recarga alternativos por si acaso alguno falla. Otra opción es avisar al operador del punto de recarga defectuoso para que lo repare lo antes posible y evitar así perjudicar a otros usuarios.
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- No se puede realizar el pago en un punto de recarga público.
Un problema que puede surgir al cargar el coche eléctrico en un punto de recarga público es que no puedas pagar por el servicio. Esto puede deberse a que el punto de recarga no acepte tu método de pago preferido, como tarjeta, efectivo o aplicación móvil, o a que haya algún fallo en el sistema de cobro.
La solución a este problema es informarse previamente sobre los métodos de pago disponibles en los puntos de recarga públicos, y llevar siempre varias opciones por si acaso.
También se puede utilizar una tarjeta específica para coches eléctricos, que te permita acceder y pagar en diferentes redes de recarga. Otra opción es contactar con el operador del punto de recarga para reportar el fallo y buscar una solución alternativa.
En la era de la digitalización, parece que las empresas responsables de gestionar los cargadores públicos todavía no han conseguido dar con la fórmula más propicia para que no existan problemas a la hora de sufragar el coste de la recarga de un coche eléctrico. Los inconvenientes y entorpecimientos en este sentido son los más usuales cuando se trata de cargar la batería de un vehículo con esta clase de tecnología. Esto se debe principalmente a los diferentes sistemas o métodos de pago, domiciliación, sin contacto, etc. y tarifas de los proveedores, que por ahora no demuestran mucha transparencia y uniformidad, lo que crea confusión y rechazo en el consumidor.
Actualmente, dependiendo de la compañía que administre cada estación, la facturación es por kilovatio hora, por proceso de carga o por tiempo. Además, es posible que sea necesario pagar una tarifa básica o estándar sólo por conectar, sin mencionar los precios del roaming o los cobros adicionales por usar carga rápida o ultrarrápida.
En consecuencia, también hay varias tarjetas de carga y distintas aplicaciones de pago. Por supuesto, no todas funcionan en todas las estaciones de carga. La solución pasa por una unificación de plataformas que ya se está realizando gracias a las presiones políticas y de las propias marcas de coches.
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- El cargador no es compatible.
Uno de los problemas más frecuentes que puedes encontrarte al intentar cargar un coche eléctrico es que el cargador no sea compatible con el sistema del vehículo.
Esto se debe a que existen diferentes tipos de conectores y de sistemas de alimentación, según el fabricante, el modelo y el país.
Por ejemplo, en Europa se utiliza el conector Tipo 2 o Mennekes, mientras que en Asia se usa el Tipo 1 o SAE J1772. Además, hay que tener en cuenta la potencia y el voltaje del cargador, ya que pueden variar según el tipo de carga, normal, semi-rápida o rápida, y el tipo de corriente, alterna o continua.
La solución a este problema es informarse bien antes de comprar el vehículo eléctrico sobre qué tipo de conector y de sistema de alimentación utiliza, y asegurarse de que es compatible con nuestros puntos de recarga, o los disponibles en nuestra zona o en nuestros destinos habituales.
Es muy importante cuando se importan vehículos eléctricos de otras zonas geográficas a la nuestra.
También es recomendable llevar siempre un adaptador o un cable compatible con nuestro coche eléctrico, por si acaso nos encontramos con un cargador incompatible.
Otra opción es utilizar una aplicación móvil o una Web especializada que nos indique dónde están los puntos de recarga más cercanos y compatibles con nuestro vehículo.
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- El sistema de alimentación no es el correcto.
Otro problema que puede impedir la carga de tu coche eléctrico es que el sistema de alimentación no sea el adecuado para el vehículo. Esto puede ocurrir si conectas el coche eléctrico a una toma de corriente doméstica que no tenga la potencia o el voltaje suficientes para cargar la batería.
También puede ocurrir si conectas el coche eléctrico a un punto de recarga público que no tenga la potencia o el voltaje adecuados para tu vehículo.
La solución a este problema es verificar antes de conectar el coche eléctrico que el sistema de alimentación es compatible con el vehículo, y que cumple con los requisitos mínimos de potencia y voltaje. Si no es así, debes buscar otro sistema de alimentación que sí lo sea.
Diapositiva 5. Las vulnerabilidades en los datos que se comparten en el consumo de la batería.
- La forma en que consumimos la energía de la batería.
En el caso de las baterías de los vehículos eléctricos, a medida que la tecnología avanza, también lo hacen los riesgos de seguridad. Un reciente estudio ha revelado una amenaza insospechada: las baterías pueden relevar información personal y permitir ataques maliciosos.
Cuando pensamos en la seguridad de un coche eléctrico, solemos imaginar sistemas de protección contra ciberataques que afectan a las redes de comunicación del vehículo. No obstante, el estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Padua ha revelado que la propia forma en que consumimos la energía de la batería es suficiente para exponer información sensible.
En los puntos de recarga públicos o de terceros se corre un riesgo mayor de este tipo de ciberataques que en los propios en nuestras instalaciones porque no tenemos el control de la ciberseguridad.
- ¿Qué información pueden revelar las baterías?.
Utilizando sofisticados algoritmos de aprendizaje automático, los expertos han logrado analizar los patrones de consumo de energía de un coche eléctrico y extraer datos personales con una precisión escalofriante.
Con una tasa de éxito del 95,4%, los ataques analizados por los investigadores pueden determinar aspectos críticos como:
- Identidad del conductor.
Cada persona tiene un estilo de conducción único. La manera en que aceleramos, frenamos y utilizamos la energía permite que un atacante nos identifique con asombrosa precisión.
- Número de pasajeros.
El peso adicional influye en el consumo de energía, lo que permite determinar si el coche está ocupado por una sola persona o varias.
- Modelo del vehículo.
Cada coche eléctrico tiene un patrón de consumo de energía único, lo que permite identificar el modelo exacto del vehículo.
- Inicio y fin de los trayectos.
Analizando los datos de consumo de energía, es posible deducir dónde comienza y termina un viaje, facilitando la vigilancia o incluso el acecho de una persona.
- Uso de sistemas auxiliares.
El aire acondicionado, la calefacción y otros dispositivos afectan el consumo de energía, revelando cómo usamos estos sistemas y en qué condiciones climáticas nos movemos.
- Como nos puede perjudicar esta información.
Esta información puede utilizarse para conocer toda la operativa de nuestra flota como cuales son nuestras rutas, nuestros clientes, que servicios realizamos, nuestros horarios, la duración de los servicios, perfil de nuestros conductores, etc. que utilizada por nuestros competidores puede ser muy perjudicial para nuestra compañía.
También nos pueden pedir un rescate en una criptomoneda para no revelar estos datos a terceros.
- La manera en la que se llevan a cabo los ataques son también la solución.
Las baterías, que hasta ahora se consideraban un simple componente técnico, pueden convertirse en una peligrosa fuente de información para los ciberdelincuentes. Este estudio es una llamada de atención tanto para fabricantes como para usuarios: la protección de los datos generados por los vehículos eléctricos es una asignatura pendiente que debe abordarse con urgencia.
Los atacantes pueden acceder a estos datos de diversas maneras. Una opción es a través del acceso físico al coche mediante la manipulación del sistema de gestión de baterías BMS.
Otra técnica implica la intercepción de datos mientras el coche se comunica con estaciones de carga o aplicaciones en la nube. Incluso podría utilizarse software malicioso instalado en el sistema de infoentretenimiento del vehículo.
A pesar de la gravedad del problema, los investigadores también han propuesto una posible solución: la agregación temporal de datos. Esta técnica consiste en promediar el consumo de energía en intervalos de tiempo mayores, reduciendo la precisión de los ataques sin afectar el funcionamiento del vehículo.
Al aplicar esta estrategia, la efectividad de los ataques se redujo en un 45%, lo que supone un paso importante hacia una mayor protección de la privacidad de los conductores.
Diapositiva 6. Implicaciones en la gestión de la flota.
Se recomienda implementar las siguientes medidas para evitar los problemas en el proceso de recarga de los vehículos eléctricos de la flota.
- Manual de instrucciones de la recarga.
El manual de instrucciones tiene que desarrollar como realizar la recarga paso a paso, así como una descripción de los puntos de recarga.
Tiene que tener todos los problemas que pueden ocurrir y sus posibles soluciones como se han desarrollado anteriormente.
Tiene que incluir las personas de contacto o los números de teléfono de la flota para comunicar los problemas de la recarga.
El manual de instrucciones puede estar impreso en el vehículo, en formato digital PDF, o un código QR en el parabrisas del vehículo o en un lugar visible con las instrucciones de recarga.
Hay que entregar el manual de instrucciones al conductor o al responsable de la recarga, y siempre tiene que estar disponible.
- Formación del proceso de recarga.
Hay que impartir formación a los conductores o los responsables de la recarga sobre como se tiene que realizar el proceso de recarga del vehículo, con todas las incidencias que pueden ocurrir y sus posibles soluciones.
Se recomienda que la formación la imparta el proveedor de los puntos de recarga presencialmente en el punto de recarga de nuestras instalaciones, realizando varios ejemplos con los vehículos de la flota.
- Responsables de la recarga.
Se recomienda que haya trabajadores encargados de la recarga de los vehículos de la flota. El conductor o el usuario del vehículo entrega el vehículo y estos trabajadores realizan la recarga.
- Mantenimiento del punto de recarga.
Para evitar los problemas en el proceso de la recarga, el software, pantallas, tomas etc. del punto de recarga tienen que funcionar correctamente, para ello hay que realizar el mantenimiento como indica el proveedor del punto de recarga y en el tiempo establecido.
- Servicio postventa del proveedor del punto de recarga 24/7.
Antes de adquirir los puntos de recarga es muy importante conocer que servicio postventa ofrece el proveedor del punto de recarga, y las medidas de ciberseguridad.
Es muy importante que ofrezca soporte en remoto o que se desplacen a nuestras instalaciones para solucionar el problema del punto de recarga los siete días de la semana, las 24 horas del día.
- Ciberseguridad del punto de recarga.
Hay que poner todas la medidas apropiadas para evitar los ciberataques que puedan acceder u obtener información, o manipular el punto de recarga o el vehículo eléctrico cuando esta cargando.
Es muy importante las actualizaciones de software del punto de recarga, y las medidas de ciberseguridad que puede suministrar el proveedor del punto de recarga, además de las nuestras.
- Punto de recarga públicos o de terceros.
Un vehículo eléctrico puede que no tenga la suficiente autonomía para realizar la ruta o el servicio desde nuestras instalaciones, y tenga que recargar en la ruta en un punto de recarga público o de un tercero.
En los puntos de recarga de terceros o públicos se corre más riesgo de que no funcionen, se tengan más problemas en el proceso de recarga o de ciberseguridad que en los puntos de recarga propios en nuestras instalaciones.
Se recomienda reservar el punto de recarga antes de iniciar la ruta, y comprobar si el punto de recarga funciona correctamente, consultando una Web de puntos de recarga.
El manual de instrucciones tiene que desarrollar los problemas y las posibles soluciones que pueden ocurrir en los puntos de recarga públicos o de terceros.
Diapositiva 7. Gracias por su tiempo.
La clase ha desarrollado los problemas más habituales y sus posibles soluciones cuando se inicia el proceso de recarga de un vehículo eléctrico en un punto de recarga, hasta pronto.
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Escrito por José Miguel Fernández Gómez.




















