Diapositiva 1. Introducción.
La clase desarrolla los campos electromagnéticos del vehículo eléctrico, si tienen impacto en la salud de los usuarios del vehículo, y las implicaciones en la gestión de la flota.
Diapositiva 2. Los campos electromagnéticos del vehículo eléctrico.
- Los campos electromagnéticos-CEM.
La propagación de energía en forma de ondas electromagnéticas se conoce como radiación electromagnética. La mayoría de los CEM son invisibles para el ojo humano, aunque también los hay visibles, como el arco iris.
Algunos ejemplos de aparatos que producen campos electromagnéticos son las líneas de media y alta tensión, los transformadores eléctricos, los electrodomésticos como neveras y secadores de pelo, las pantallas de ordenador, los dispositivos antirrobo y de seguridad, las radios, los televisores, las antenas de telefonía móvil, los teléfonos móviles e inalámbricos, los hornos microondas, el Wifi y el Bluetooth.
El conjunto de todas las formas de energía radiante del universo se conoce como espectro electromagnético. Este espectro se divide en regiones con diferentes propiedades según la frecuencia, la longitud de onda y la energía de la radiación.
Las radiaciones se clasifican por su frecuencia en.
- Radiaciones ionizantes.
Son muy peligrosas porque pueden provocar cambios moleculares debido a la gran cantidad de energía que almacenan sus ondas. Son las más perjudiciales y las que generan más efectos nocivos para la salud, como los rayos X o los ultravioleta.
- Radiaciones no ionizantes.
Tienen menos energía y no pueden alterar la materia. Incluyen las radiofrecuencias, las microondas y los rayos infrarrojos. Producen efectos térmicos y engloban los campos eléctrico y magnético, como el Wifi o la red eléctrica.
Los niveles de exposición a CEM están regulados por normativas basadas en las recomendaciones de comités de expertos para proteger a la población.
- La relación entre los campos electromagnéticos (CEM) y las enfermedades.
En 2002, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe sobre los efectos de los campos eléctricos y magnéticos en el cuerpo humano. El estudio señalaba que «había poca evidencia experimental o teórica de que las mutaciones pudieran ser causadas directamente por los campos magnéticos de frecuencia extremadamente baja» y concluía que «hay poca evidencia de que los campos eléctricos o magnéticos de frecuencia extremadamente baja puedan causar la transformación maligna de las células en cultivo». También se descubrió que «los campos eléctricos y magnéticos estáticos y los campos eléctricos de frecuencia extremadamente baja no son clasificables como cancerígenos para los humanos».
A pesar de estas conclusiones, la idea de que tales campos eléctricos y magnéticos pueden plantear problemas de salud potenciales se mantuvo, sin ser desacreditada ni confirmada definitivamente.
La relación entre los campos electromagnéticos (CEM) y las enfermedades es un tema de debate: los estudios sobre la exposición a CEM de baja intensidad no han encontrado pruebas concluyentes de que causen efectos negativos para la salud, como el cáncer o síntomas como fatiga o dolor de cabeza. No obstante, algunas investigaciones sugieren un posible aumento del riesgo de leucemia infantil y otras dolencias. Por otro lado, algunas personas reportan sufrir síntomas como fatiga, dolor de cabeza o problemas para dormir, que atribuyen a la exposición a CEM. Este fenómeno se conoce como hipersensibilidad electromagnética, pero la ciencia no ha podido establecer una relación causal concluyente.
Si bien muchos estudios concluyen que no existen efectos adversos para la salud derivados de los niveles aceptables de exposición a campos electromagnéticos, otros concluyen que la exposición prolongada a altos niveles de estos campos puede tener efectos negativos para la salud. Cuando los campos son muy intensos, pueden alterar el riego sanguíneo o modificar los impulsos nerviosos normales.
Los efectos sobre la salud reportados por algunas personas son los siguientes.
- Hipersensibilidad electromagnética.
Se trata de un conjunto de síntomas que algunas personas atribuyen a la exposición a campos electromagnéticos, como dolores de cabeza, fatiga, ansiedad, náuseas, palpitaciones y problemas para dormir.
- Síntomas físicos.
Enrojecimiento, hormigueo o ardor en la piel.
- Síntomas neurasténicos.
Dificultades de concentración, mareos y fatiga.
- Otros síntomas.
Trastornos del sueño, picor de piel, dolor muscular e irritabilidad.
Aunque los síntomas de la hipersensibilidad electromagnética son reales para quienes los experimentan, no hay pruebas científicas concluyentes que demuestren su relación directa con la exposición a campos electromagnéticos.
- Evidencia científica sobre efectos a largo plazo.
- Cáncer.
En su conjunto, las pruebas no son concluyentes, aunque algunos estudios sugieren un posible aumento del riesgo de leucemia infantil en caso de exposiciones elevadas.
Los estudios sobre otros tipos de cáncer, como los tumores cerebrales, han arrojado resultados inconsistentes y la mayoría no han encontrado una asociación clara.
- Enfermedades cardiovasculares.
Algunas investigaciones han sugerido posibles efectos sobre la frecuencia cardíaca, pero la evidencia de asociación es débil y estos hallazgos no se han podido reproducir de manera consistente.
- Otros síntomas.
La mayoría de los síntomas atribuidos a la exposición a CEM, como dolores de cabeza o mareos, no se han podido vincular de forma concluyente a la exposición a campos electromagnéticos en niveles inferiores a los límites de seguridad establecidos.
- Cuando y donde se generan los campos electromagnéticos en los coches.
Los campos electromagnéticos se generan dondequiera que fluya la electricidad. En los vehículos, afectan tanto al sistema de propulsión como a los componentes eléctricos, como la calefacción de los asientos y el aire acondicionado. En los coches eléctricos, se producen especialmente cuando circulan corrientes elevadas, por ejemplo, durante la aceleración o el frenado regenerativo intenso.
Las mediciones mostraron que los valores más altos se registraban generalmente en la zona de los pies y la parte inferior de las piernas, donde suelen ubicarse el cableado y los componentes eléctricos. La zona de la cabeza y el pecho se vio afectada en menor medida. También se registraron valores elevados durante un breve periodo de tiempo al encender el vehículo, independientemente de si era eléctrico o de combustión.
Los coches eléctricos generan campos electromagnéticos (CEM) de baja intensidad y no ionizantes, por lo que no se consideran peligrosos.
Las fuentes de los campos electromagnéticos son.
- Batería y motor eléctrico.
La batería de alto voltaje y el motor generan CEM, que es más intenso durante la aceleración o el frenado regenerativo.
- Cableado.
El cableado del vehículo es una fuente de CEM.
- Proceso de carga.
La carga, especialmente con cargadores de alta potencia, genera picos de radiación más intensos, aunque localizados y de corta duración.
- Sistemas electrónicos.
Los componentes electrónicos, los sensores, los sistemas de calefacción y aire acondicionado también emiten campos electromagnéticos.
- Alcance y metodología del estudio.
El Centro de Investigación para la Compatibilidad Ambiental Electromagnética de Alemania, junto con la organización Seibersdorf Labor GmbH y en cooperación con el ADAC, la mayor asociación de automovilistas de Europa, ha realizado una investigación para conocer si los coches eléctricos exponen a los ocupantes a campos electromagnéticos.
Tras realizar más de 975.000 mediciones en bancos de pruebas, pistas de ensayos y durante el tráfico rodado, los investigadores han llegado a una conclusión: ninguna de las mediciones ha mostrado que se superen los valores límite aplicables. Según los cálculos de los investigadores, las personas con implantes o las mujeres embarazadas tampoco están expuestas a ninguno de estos peligros cuando viajan en vehículos eléctricos. Así de contundente.
En este estudio se examinaron en Alemania un total de catorce vehículos diferentes: once vehículos eléctricos de batería (VEB), dos vehículos eléctricos híbridos enchufables (PHEV) y un vehículo con motor de combustión interna, para poder establecer una comparación. Los investigadores midieron los campos magnéticos en diversas posiciones de los asientos, desde el espacio para los pies hasta la altura de la cabeza. Para ello, utilizaron sondas de medición de alta sensibilidad que registraron datos de forma continua durante la conducción y en condiciones de carga habituales, como aceleraciones, frenadas y frenadas regenerativas.
Además, los científicos simularon la propagación de los campos a través del cuerpo humano mediante modelos anatómicos. Estos cálculos demostraron asimismo que la exposición se mantuvo muy por debajo de los límites básicos establecidos por la Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante (ICNIRP).
- Resultados de los 14 vehículos probados.
En los vehículos probados, el índice de exposición máximo medido (ExpInd) se evaluó con base en los valores de referencia de la Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante. Un valor de 1,0 alcanzaría el límite y ninguno de los vehículos probados superó este valor, situándose todos claramente por debajo de él, lo que constata que hoy no hay ningún riesgo para la salud.
El análisis demuestra también de manera muy clara que los coches eléctricos no difieren de los vehículos con motor de combustión en lo que respecta a la exposición electromagnética. Los picos de corta duración durante la aceleración o el frenado se mantienen muy por debajo de los límites permitidos. De hecho, se constata que el estilo de conducción es más importante que la potencia del motor, ya que quienes conducen con suavidad generan campos magnéticos muy débiles.
Otros sistemas eléctricos, como la calefacción de los asientos o la electrónica de a bordo, también pueden generar campos medibles durante periodos breves. No obstante, estos siempre se encuentran muy por debajo de los valores de referencia establecidos y, según los expertos, no suponen ningún riesgo para la salud.
Sin embargo, aunque esta prueba parezca concluyente, no significa que se deba dejar de investigar los efectos de los campos EMF en el cuerpo humano. Sobre todo, porque se sabe que estamos rodeados de fuentes de campos magnéticos de diferentes intensidades y que los más potentes están vinculados a cambios celulares.
- Comparación con trenes, tranvías y autobuses.
Los investigadores también realizaron mediciones en trenes, tranvías y metros. Dichas mediciones mostraron que la exposición media es comparable o ligeramente superior a la de los coches eléctricos, sobre todo cerca de los motores de tracción o de las líneas eléctricas. Por tanto, la contaminación electromagnética no es un fenómeno exclusivo de los coches eléctricos, sino una característica inherente a cualquier vehículo o medio de transporte eléctrico.
Aunque no supone un peligro para los ocupantes del vehículo, los autores recomiendan prestar mayor atención a la compatibilidad electromagnética en el futuro desarrollo. Los fabricantes pueden reducir aún más la intensidad del campo mediante la ubicación estratégica de las líneas de alta tensión o de los módulos inversores. Los investigadores también solicitan la revisión de la norma europea de ensayo EN IEC 62764-1, ya que actualmente no tiene en cuenta completamente los picos magnéticos breves.
- El estudio de SINTEF.
En 2014, SINTEF, una organización de investigación independiente con sede en Noruega, publicó un nuevo estudio cuyas conclusiones eran el título: «No hay peligro en los campos magnéticos de los automóviles eléctricos». La investigación que les llevó a esta conclusión fue financiada en su totalidad por la Unión Europea y afirmó ser «el estudio más completo realizado hasta la fecha para identificar las diferentes fuentes de campos magnéticos en automóviles eléctricos».
Como sugiere su título, la conclusión es que «no hay absolutamente ningún motivo de preocupación». La diferencia entre esta investigación y trabajos similares anteriores es que «hemos tenido en cuenta lo que contribuye a los campos magnéticos. La rotación de las ruedas genera campos magnéticos considerables, independientemente del tipo de vehículo».
Para comprobar los efectos reales de cada tecnología, se probaron siete vehículos eléctricos diferentes, junto con un automóvil de gasolina y otro impulsado por una pila de combustible de hidrógeno. En los vehículos eléctricos, los campos magnéticos más fuertes se registraron cerca del suelo, donde se encuentran las baterías. Su fuerza disminuyó casi diez veces cuando se midió a la altura de la cabeza.
Una conclusión que puede resultar sorprendente para la mayoría es que no hay grandes diferencias entre los vehículos eléctricos y los de gasolina o diésel. Los investigadores argumentan que esto indica que todos los automóviles, independientemente de su fuente de energía, generan campos magnéticos. Aunque estos son ligeramente más altos en los vehículos eléctricos, no son lo bastante altos como para suponer un riesgo para sus ocupantes.
Además, a excepción de los descapotables, la carrocería de los automóviles ayuda a concentrar el campo magnético alrededor del vehículo. También se descubrió que las baterías de los vehículos eléctricos emiten un campo más fuerte cuando el vehículo arranca, cuando hay una gran demanda de la batería, es decir, una fuerte aceleración o cuando se está cargando.
- Implicaciones en la gestión de la flota.
La principal consecuencia es que según los estudios desarrollados anteriormente no hay riesgo para la salud del conductor y los usuarios de los vehículos eléctricos causados por sus campos electromagnéticos.
Se recomienda implementar las siguientes medidas.
1. Múltiples fuentes de campos electromagnéticos.
Si bien una sola fuente puede que no sea motivo de preocupación, la exposición a múltiples fuentes que actúan al mismo tiempo puede tener un efecto más pronunciado.
Por ejemplo, hacer un viaje corto en un vehículo eléctrico todos los días puede que no sea particularmente dañino, pero es diferente el caso de un conductor profesional, como un taxista, que pasa la mayor parte del día en uno de estos vehículos, rodeado de dispositivos que generan radiaciones de radiofrecuencia.
Si tenemos dudas sobre si nuestro vehículo eléctrico está dentro de los límites permitidos, podemos medir los campos electromagnéticos con un medidor de campos electromagnéticos, un dispositivo que detecta y mide la intensidad de los campos eléctricos y/o magnéticos. Estos aparatos pueden ser profesionales o más sencillos y se utilizan para identificar la presencia de radiación y su magnitud en diferentes ubicaciones.
Se recomienda que un laboratorio certificado realice la medición y emita un informe sobre los campos electromagnéticos de nuestro vehículo eléctrico, si están dentro de los límites permitidos, y las medidas a adoptar.
Se puede adquirir un medidor de campos electromagnéticos para realizar el control y seguimiento de los vehículos eléctricos de la flota.
2. Formación al conductor.
Hay que impartir formación al conductor de que son los campos electromagnéticos, a cuales está expuesto en el vehículo eléctrico, y de otros dispositivos que pueda utilizar, además de mostrarle el informe del laboratorio externo.
3. Control y seguimiento de la salud del conductor.
Hay que realizar al menos un chequeo anual de la salud del conductor, para encontrar posibles enfermedades o dolencias causadas por los campos electromagnéticos del vehículo eléctrico, en muchos países es obligatorio realizar un reconocimiento médico anual que es entregado al trabajador.
Hay que preguntar al conductor cada cierto tiempo si tiene dolores de cabeza, mal estar, fatiga etc., se recomienda utilizar un cuestionario online o impreso.
4. Estilo de conducción.
Un estilo de conducción deportivo, con fuertes aceleraciones y frenadas, genera campos magnéticos significativamente más intensos que un estilo de conducción moderado.
Hay que impartir formación al conductor sobre una conducción suave, sin acelerones y frenazos bruscos para evitar un campo electromagnético alto, aunque sea de corta duración.
5. Características del vehículo eléctrico.
Antes de adquirir un vehículo eléctrico hay que conocer donde están las fuentes de los campos electromagnéticos.
Cuanto más lejos las fuentes de campos magnéticos fuertes de los ocupantes del vehículo, más bajos serán los campos a los que estén expuestos los ocupantes en las distintas condiciones de conducción.
6. Normativas y regulaciones de los campos electromagnéticos.
Hay que adquirir los vehículos eléctricos y los puntos de recarga que cumplan con las normativas y regulaciones más exigentes en materia de campos electromagnéticos.
Las normativas sobre campos electromagnéticos en vehículos eléctricos se centran principalmente en la seguridad de las instalaciones de recarga, que están reguladas por el Real Decreto 1053/2014 y la norma internacional IEC 61851-1.
Aunque los vehículos generan radiación de baja frecuencia, los niveles suelen ser bajos y las normativas, como el Real Decreto 1066/2001 en España, establecen límites de exposición pública.
Diapositiva 3. Gracias por su tiempo.
La clase ha desarrollado los campos electromagnéticos del vehículo eléctrico, si tienen impacto en la salud de los usuarios del vehículo, y las implicaciones en la gestión de la flota.
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Escrito por José Miguel Fernández Gómez.




















